¿Cómo empezar a escribir poesía?

Por Gabriel Espinoza

La Técnica de la Serpentina Poética y el pentáculo de los sentidos (de Tolstoi).

En el imaginario colectivo se ha encasillado a la poesía en el romance, como si fuera exclusivamente un acto de alta sensibilidad expresada con verticalidad, donde las últimas sílabas riman entre sí. Habiendo dicho esto, no me considero lo suficientemente valiente para definir qué es la poesía, aunque sí afirmaré que, más que un género literario, la poesía es la musa que convive y comulga con la Danza, el Teatro y la Música. La poesía es una musa con posibilidades cuánticas, no solo se limita a hablar de amor y no tiene un objeto en particular. A través de ella podemos ejercer críticas sociales, diálogos internos, el chisme rico de la cotidianidad o inclusive hablar de la muerte.

Como cualquier expresión artística, también ha evolucionado, desde el siglo XVI con el Renacimiento, hasta el siglo XIX con el Realismo. En latinoamérica tenemos grandes expositores, desde la escuela colombiana arcaica y mitológica con Aurelio Arturo, eliminando el Yo de su poesía, el simbolismo judeo cristiano característico de los chilenos como Gabriela Mistral y los románticos argentinos con el valor de la repetición con Alejandra Pizarnik. Al otro lado del río, la bravura de las uruguayas Ida Vitale e Idea Vilariño y el movimiento concretista de los jóvenes brasileños. Pero ¿cómo puedo empezar a escribir poesía? ¿Cómo podemos comenzar a garabatear palabras que expresen lo que siento?

A continuación, realizaremos un ejercicio con una técnica que nos permite adentrarnos al género y encontrar en la poesía un sinfín de posibilidades para la creatividad literaria siempre pensando qué queremos contar o mejor dicho, ¿de qué tenemos sed?.

La Serpentina Poética

En el primer ejercicio de esta técnica, complementaremos la oración con la primera respuesta que se te venga a la mente. Si lo piensas mucho, no funciona. Una manera de realizar esto es grabando nuestra voz, mientras decimos las respuestas y luego transcribirlas. Recomiendo hacerlo en la noche, solos, en una habitación con luces apagadas, para evitar cualquier influencia o distracción en el proceso.

Seleccionemos un elemento (el primero que venga en mente):

  • Yo fui (selecciona un elemento: agua, tierra, fuego, aire)

Recuerda que debes evitar cambiar tus respuestas originales. El arte, en general, se crea a partir de la honestidad del autor.

Paso 1- Serpentear o cambiar las respuestas. Usemos “Agua” como ejemplo:

  • Evitando usar sinónimos, analogías directas, metáforas y comparaciones.

Agua: evitar usar líquido, río, mar.

  • Evitando adjetivos o sustantivos que estén dentro del mismo campo semántico directo.

Agua: evitar “azul”.

Paso 2- Si se te complica serpentear o cambiar la palabra original, puedes usar el pentáculo de los sentidos de Tolstoi:

  • ¿Cómo huele el olfato? con el sentido del tacto
  • ¿Qué se siente o cuál es la textura (tacto)? con el sentido de la vista
  • ¿A qué sabe (gusto)? con el sentido del olfato
  • ¿Cómo se ve (vista)? con el sentido del oído
  • ¿Qué se oye (oído)? con el sentido del gusto

Agua = Trazo y curva

Paso 3- Serpentear usando la palabra “Agua” como ejemplo:

¿Cómo huele (olfato)? (con el sentido del tacto): huele a que raspa.

¿Qué se siente o cuál es la textura (tacto)? (con el sentido de la vista): se siente clara.

¿A qué sabe (gusto)? (con el sentido del olfato): sabe a salitre.

¿Cómo se ve (vista)? (con el sentido del oído): se ve aguda.

¿Qué se oye (oído)? (con el sentido del gusto): sabe a ruido.

Paso 4- Sustituir la palabra serpenteada que extrajimos en el primer ejercicio.

Queda así:

  • Yo fui agua se transforma a:

Trazo y curva / huele a que raspa / se siente clara / sabe a salitre / se ve aguda / sabe a ruido.

  • Quedaría:

Yo fui trazo y curva que raspaba lo claro

y en medio del salitre, me sabía aguda y de ruido

Paso 5- Para finalizar, cambiemos pronombres personales (yo, tú, él) a pronombres reflexivos (me, te, se) o usa infinitivos:

Ser trazo y curva que raspa lo claro

y en medio del salitre, volverse aguda y de ruido.

La intención de la técnica es abrir el panorama del autor hacia nuevos simbolismos y escuchar el instinto de aquello dentro de nosotros que quiere salir como expresión en unas cuantas líneas. Una vez que hayas realizado esta primera introspección, podrías adentrarte con un ejercicio más completo como el que sigue:

Yo fui (elemento: agua, tierra, fuego, aire) que ___________

Yo fui (animal) que _________________________________

Yo fui (número) que ________________________________

Yo fui (color) que __________________________________

Y ustedes, ¿de qué tienen sed?

Gabo Espinoza Zazueta

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