Oblivion: La importancia de la estimulación musical como aprendizaje para chicos y grandes 

Texto dedicado a Nonoi.

El otro día hablé con mi abuela por teléfono y si bien pudimos hilar una conversación muy amena, la mayor parte del tiempo se la pasó tomando palabras que yo decía, convirtiéndolas en canciones antiguas. Eso sí, casi al finalizar la llamada me preguntó si iría a comer a su casa, olvidando por completo que yo vivo en el sureste mexicano, a unos 1850 kilómetros de La Perla de Occidente. Pero… ¿por qué mi abuela se acuerda de todas las canciones pero no de sucesos más inmediatos? 

Antes de entrar a detalle, recordemos que cuando hablamos de la memoria en personas de la tercera edad, existe un deterioro cognitivo leve que se debe al natural envejecimiento y otro que comúnmente conocemos como demencia (aunque para ello se deben realizar procesos clínicos indicados por un especialista).

¿Qué es normal olvidar a medida que nos hacemos viejos?

De acuerdo al National Institute of Aging, perder cosas a menudo, olvidar eventos o citas importantes o el no encontrar palabras para expresarnos, eventualmente nos sucederá a todos. Sin embargo, mientras sucede esto, las personas aún pueden realizar sus actividades diarias, así como cuidarse de sí mismos. 

En cambio, cuando hablamos de Demencia no sólo hacemos referencia a la pérdida de la memoria, sino también de la razón. La demencia clínica, y con esto me refiero a aquella que es avalada por estudios médicos, puede resultar en los siguientes patrones: 

  • La pérdida del funcionamiento cognitivo (como es el pensar, recordar, aprender y razonar)
  • La pérdida de habilidades conductuales (que interfieren con las actividades diarias)
  • Y la pérdida de habilidades del lenguaje así como cambios en la personalidad del paciente.  

Bien, entonces tenemos olvido y demencia ya separados y comprendidos, pero ¿por qué la música es tan resiliente? Pues, como saben, la música se compone de diversos elementos que estimulan los sentidos. La música está compuesta por ritmos, rimas, melodías, armonías y aliteraciones. Este último definido como la repetición de sonidos semejantes, ayudando a desbloquear la información que está en clave en la pieza. Si digo, “De la Sierra Morena” estoy seguro que traerán “cielito lindo vienen bajando” el resto del día. O tal vez “Amorcito corazón…” ustedes dirán “yo tengo tentación de un beso” seguido de un chiflido muy particular. Lo impresionante de esta memoria es que el sistema auditivo lleva a cabo un análisis secuencial de la canción o pieza, ordenando de manera automática los diversos sonidos que estamos captando, creando un sonido coherente. Dicha transformación de serie a paralelo es un mecanismo de memoria de trabajo, porque almacena unidades auditivas independientes (tambores, teclados, cuerdas, viento), combinándolas en una sola percepción. Dicho de otra manera, en lugar de almacenar ruido, se almacenan sonidos característicos del ambiente, incluidos el claxon característico del camión del gas que es diferente al del recolector de chatarra.

Entonces, la música aparte de entrar de una manera peculiar en nuestra memoria, ¿cómo es que se mantiene tanto tiempo ahí? Platel et al dividen el tipo de memoria almacenada, ya sea por episodio o semántico. La memoria por episodio es la capacidad de reconocer un extracto musical (conocido o no) el cual está asociado a un contexto de espacio-tiempo (cuándo, dónde y cómo). En cambio, la memoria semántica, permite que después de escuchar un tono o un ritmo familiar, podemos tararear o completar las notas subsecuentes de la melodía.

Hasta este momento no hemos mencionado un elemento básico que siempre acompaña a cualquier pieza musical o canción; las emociones. Este elemento es el que nos ayuda a desmenuzar recuerdos autobiográficos, siendo las emociones el principal componente para relacionar experiencias  (ya sean negativas o positivas) con el aprendizaje. Särkämo y compañía llevaron a cabo un estudio para facilitar el proceso de recuperación con pacientes que sufrieron un paro cardiaco. Los resultados comprobaron que hubo una mejoría significativa en aquellos pacientes que fueron estimulados con ejercicios y materiales musicales, comparados contra los que llevaron a cabo una recuperación donde la música no era un estímulo. 

Si bien, en ocasiones se me complica hablar largo y tendido con mi abuela, a medida que pasa el maldito tiempo me he dado cuenta que su memoria a largo plazo sigue intacta, logrando compartir vivencias, siempre acompañadas de un verso o un coro armonioso. A estas alturas, no me importa si no sabe dónde vivo, mientras pueda seguir silbando y tarareando a los Tecolines con pasión y alegría, por mí, que nos olvide a todos. 

Eres como una canción que llegaste a mi vida

Eres como una obsesión en mi noche perdida

Tú me diste calor con tus besos de fuego

Tú pusiste final a este infierno fatal

 Referencias:

https://www.nia.nih.gov/

Platel H, Baron JC, Desgranges B, Bernard F, Eustache F. Semantic and episodic memory of music are subserved by distinct neural networks. Neuroimage. 2003;20:244–256. doi: 10.1016/S1053-8119(03)00287-8

Särkämö T, Tervaniemi M, Laitinen S, Forsblom A, Soinila S, Mikkonen M, Autti T, Silvennoinen HM, Erkkilä J, Laine M, Peretz I, Hietanen M. Music listening enhances cognitive recovery and mood after middle cerebral artery stroke. Brain. 2008;131:866–876. doi: 10.1093/brain/awn013.

Deja un comentario

search previous next tag category expand menu location phone mail time cart zoom edit close