Hellerau y Dalcroze

La escuela Alemana Hellerau: cuna de innovación artística y educativa

La Escuela Alemana Hellerau, situada en la histórica ciudad de Dresde, representa un pilar fundamental en la historia de la educación y la creatividad artística. Dentro de esta escuela se fundó un edificio para Emile Jaques-Dalcroze músico y pedagogo suizo en 1910 este instituto dedicado a la música fue un epicentro de experimentación educativa y artística que marcó un hito en la integración de música, danza y movimiento en la enseñanza.

Festspielhaus Hellerau

El legado de Emile Jaques-Dalcroze y su método revolucionario

Jaques-Dalcroze, músico y pedagogo de origen suizo, nacido en Viena, formado entre Ginebra, Viena y Paris, llevó su visión pedagógica a otro nivel al crear una sinergia única entre la música y la expresión corporal fue el arquitecto de la innovadora «Gymnastique rythmique», un método educativo revolucionario que fusionaba la música con la expresión corporal y el movimiento al cual se le llamaba en Alemania Rhythmische Gymnastik.

Su trabajo comenzó en su país de origen, después estableció la escuela Alemana en Hellerau la cual se convirtió en un centro de referencia para su enfoque pedagógico e inspiración de lo que más tarde sería el instituto Jaqués-Dalcroze en Ginebra. Su método, que abogaba por el aprendizaje a través de la experimentación y la sincronización del movimiento con la música, atrajo a estudiantes de toda Europa.

El nacimiento en Hellerau de la Bildungsanstalt für Musik und Rhythmus (Escuela nacional para la música y el ritmo)

En 1910, con el apoyo del empresario Wolf Dohrn quien fuera un influyente investigador educativo y cultural, Jaques-Dalcroze estableció la escuela Alemana Hellerau (Bildungsanstalt für Musik und Rhythmus). Fue construida según el concepto del arquitecto Heinrich Tessenow en el Gartenstadt Hellerau, su arquitectura clara fue el inicio del estilo Bauhaus. 

Esta institución se destacó por su compromiso con la integración total de la música y el movimiento en la enseñanza. Contó con la participación de las innovadoras bailarinas y profesoras de danza Gret Palucca y Mary Wigman, quienes años más tarde continuarían con carreras proliferas y exitosas. También se sumó a la realización de festivales y la construcción del escenario de la gran sala el cual era muy innovador para la época ya que era modular y con un gran despliegue tecnológico en la iluminación, el prestigioso escenógrafo Adolphe Appia, cercano colaborador de Dalcroze.

Mary Wigman

Durante sus primeros años, la escuela atrajo a destacados artistas y músicos de todo el mundo como alumnos y colaboradores, tal es el caso de Isadora Duncan. Hellerau se convirtió en un referente en la vanguardia artística de la época.

Isadora Duncan

Desafíos y cierre temporal

Tras la muerte de Wolf Dohrn en 1914, el estallido de la Primera Guerra Mundial y la renuencia por parte del gobierno para que permaneciera en el país al no ser ciudadano del mismo, Dalcroze tuvo que dejar Alemania, por lo que la escuela tendría que cerrar sus puertas a la educación y dar paso  a varios usos que fue desde una base militar hasta un centro de rehabilitación.

El cierre temporal no significó su fin, sino más bien una pausa necesaria para replantearse y adaptarse a las circunstancias cambiantes del mundo. Hellerau estaba destinada a reinventarse y resurgir con un nuevo impulso después de la guerra, continuando su búsqueda por la excelencia en la educación y las artes.

El renacimiento de Hellerau

La escuela  Hellerau, después de un período de inactividad, fue revivida en 2006, el complejo se reabrió con una orientación más hacia las artes escénicas contemporáneas. Fue un intento de traer de vuelta la rica tradición cultural que alguna vez floreció en este lugar. La reapertura marcó un nuevo comienzo para Hellerau, manteniendo su importancia en el mundo artístico y cultural actual.

La filosofía de Emile Jaques-Dalcroze, centrada en la conexión íntima entre música, movimiento y expresión corporal, sigue siendo una fuente de inspiración para la educación artística moderna.

En cada rincón de este espacio, la esencia de Dalcroze perdura, recordándonos que el arte y la educación, cuando se funden en una armonía perfecta, pueden transformar al mundo.

https://www.hellerau.org/de/

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